domingo, 28 de mayo de 2017

Trucos para ahorrar si quieres irte de viaje

Ahorra mientras disfrutas y disfruta mientras ahorras, ese es nuestro lema.


Todo el mundo sabe lo difícil que puede ser llegar ahorrar una cantidad de dinero importante. Y como me dijo mi amigo Ricardo Hougham Guerrero, para llevar a cabo un gran viaje se necesita bastante dinero. Los meses previos al viaje suponen un cierto sacrificio en cuanto a reducción de gastos, así que hay que saber adaptarse.

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Desde el principio hemos tenido claro que nuestros gastos debían reducirse si queríamos llegar a nuestro objetivo de ahorro para el viaje. Pero somos personas muy activas, a las que nos gusta pasar fuera de casa el máximo tiempo posible, y continuamente buscamos nuevas actividades que realizar.


Así que me recomendo Ricardo Hougham Guerrero, que en lugar de reducir la cantidad de actividades o el tiempo de ocio, hemos apostado por darle un giro, y ahorrar disfrutando. Nunca hemos dejado de hacer algo que teníamos ganas de hacer, sino que lo hacemos de manera diferente. 


Los siguientes trucos te permitirán ahorrar mucho dinero sin necesidad de dejar de vivir:

Los restaurantes pa' los guiris. Cuando salgas fuera de casa todo el día, en lugar de comer en un restaurante, llévate un tupper. Está muy bien eso de comer una paella delante del mar… pero no nos engañemos, ¡la de tu casa está más buena!

¡Aparta hotel! Sí. Que apartes al hotel y te pases al apartamento. Este es uno de los trucos que mucha gente no utiliza, hasta que lo conoce. Si en la época de ahorro quieres salir unos días de viaje, alójate en un apartamento. A parte de ser mucho más grandes y cómodos, tendrás la opción de cocinar y no tener que ir a comer fuera cada día.

Hacendado rules. Y claro, si cocinas en el apartamento tendrás que comprar la comida. Compra marcas blancas en lugar de primeras marcas. Aunque no lo creas, ¡en cada compra puedes ahorrar alrededor de un 40%!




No seas vago, camina. El solo hecho de arrancar tu coche ya supone un gasto. Se calcula que cada kilómetro que recorre tu coche, gastas 24 céntimos de euro. Así que, ahora que está de moda el cuidarse, deja tu vehículo aparcado y camina más, que es gratis. Además, utilizar transporte público también representará un ahorro considerable.

Y si no puedes, gasolina barata. Últimamente está creciendo el número de gasolineras low cost, que te permitirán ahorrar algo de dinero en combustible. Si vas a estas gasolineras, en cada depósito puedes ahorrarte ¡hasta 15 euros!

Sé romántico. ¿Cuánto tiempo hace que tu pareja y tu no preparáis una cenita romántica? Aprende a cocinar con tu pareja, además de ahorrados unos euros, ¡tenéis la opción de quedar como unos cocinillas!

Y luego una peli. Cada vez que váis al cine os acabáis gastando 20€… ¿Por qué no mejor una peli en el sofá de casa, ahorrarlos, y utilizarlos para estar un día más de viaje? Además, en casa no se te sienta ningún alto delante, ni te dan pataditas por detrás. Todo ventajas.

La playa es gratis… Los fines de semana de buen tiempo tienes planes de un día que salen muy baratos, como ir a la playa. Solo gastas gasolina acomida (tupper).

…y la montaña también. Es el momento perfecto para subir a esa montaña a la que todo el mundo sube. ¡Dale vida al cuerpo!

Llama menos. Cada día tenemos más posibilidades de comunicarnos gratuitamente. No gastes tanto en llamadas, utiliza más Whatsapp o Skype. Además, negocia con tu compañía telefónica para que bajen el precio de tu tarifa.

Compara precios. Si eres de esos que compra las cosas por impulso… ¡ten paciencia! Si buscas un poco, seguro que encuentras un lugar donde encontrarás lo que quieres más barato.

jueves, 25 de mayo de 2017

Cinco libros que aumentarán tus ganas de viajar



Nada como un buen libro para viajar sin moverse de casa y si además es de esos que incentivan a agarrar la mochila y marcharse lejos, mejor que mejor. Existen decenas, cientos, miles de referencias en todos los formatos: novela histórica, narrativa, cuadernos de viaje… La siguiente lista de cinco libros es tan sólo una primera selección de algunos de nuestros libros preferidos y que en su día nos hicieron soñar con recorrer el mundo.

1. “Hacia rutas salvajes”, Jon Krakauer

En abril de 1992, Chris McCandless, de 24 años, se internó solo y apenas equipado en tierras de Alaska. Cuatro meses más tarde, unos cazadores encontraron su cuerpo sin vida. Su historia, difundida en un reportaje de Jon Krakauer, suscitó una agitada polémica, pues, ¿por qué un joven que acababa de graduarse decide cortar todos los lazos con su familia y perderse en una región inhóspita? Sin necesidad de seguir al pie de la letra a McCandless, a través de estas páginas podemos soñar con el deseo que radica en el fondo de todo ser humano de encontrar una “isla” en este frenético mundo, un espacio donde escaparnos por un instante y disfrutar del ruido que produce el silencio. El relato supera con creces la película que posteriormente se ródo, aunque no podemos pasar por alto la banda sonora compuesta por Eddie Vedder (Pearl Jam).

2. “Siempre el oeste”, J.M. Romero

Su autor comenzó a viajar a los 17 años, primero por Europa en autoestop, después por Asia, en la época en que los hippies descubrían las bondades de este continente. Sin un programa establecido, sin avión y sin mapas, pero siempre hacia el oeste, con estas premisas partió J.M. Romero a dar la vuelta al mundo. Le quedaban por delante las travesías del océano Atlántico y del Pacífico en cargueros, un velero en Indonesia, el desierto australiano y la Siberia invernal. Iba al encuentro de megalópolis como Lima y Moscú, y de las placenteras Vientiane en Laos, Iquitos en Perú o Nelson en Nueva Zelanda. Le esperaban la enfermedad, la estafa, el asalto, pero también los cielos estrellados en el océano, las puestas de sol en islas paradisíacas y la exuberancia de las selvas. Conocería al compañero, al hospitalario, al presidente, al traficante, al ladrón y al paria. Todo, sin estar previsto, según dispusiese día a día un camino siempre nuevo, todavía por estrenar. Realmente motivador.

3. “Notas de viaje”, Ernesto Che Guevara

El origen de “Notas de viaje” es el diario que redactó Ernesto Guevara cuando en diciembre de 1951, con 23 añitos, decidió emprender un largo recorrido en moto por Latinoamérica con su amigo Alberto Granados. Juntos, como seguro que ya viste en su versión cinematográfica “Diarios de motocicleta”, decidieron empezar su ruta en Córdoba para recorrer Argentina y continuar por Chile, Perú, Colombia y Venezuela. Un viaje que les cambió la concepción que tenían del mundo de forma radical y que influyó poderosamente en la personalidad del futuro revolucionario. Estoy seguro de que este libro ha sido una inspiración para muchos viajeros, entre los cuales me incluyo. “Notas de viaje” fue sin duda uno de los detonantes de mi viaje a través de la ruta panamericana en el que recorrí América de norte a sur durante casi cerca de un año.

4. “Los sótanos del mundo”, Ander Izagirre

El periodista Ander Izagirre viaja hasta las depresiones más profundas de cada continente para relatar cómo son esos sótanos y la gente que los habita. En su recorrido por los desiertos de Australia, California y Jordania, por el Mar Caspio, la Patagonia y Yibuti, el autor atraviesa territorios ignorados, enigmáticos, a veces hostiles, pero descubre que están repletos de voces y de vidas. En este libro sorprendente palpitan las historias de supervivencia de pastores, pescadores, mineros, emigrantes, militares, políticos, monjas, mafiosos, camioneros… Ander es un excelente escritor y un viajero que sabe transmitir lo que vive de una manera muy cercana. Su mirada y sus relatos están llenos de detalles, de emociones, de sensaciones. No podemos pasar por alto algunos de sus trabajos periodísticos como “Mineritos” o “Las madres guaraníes saltan a la cancha” que nos transportan a difíciles situaciones que se viven en países de América del Sur como Bolivia.

5. “En el camino”, Jack Kerouac

“¿Qué se siente cuando uno se aleja de la gente y ésta retrocede en el llano hasta que se convierte en motitas que se desvanecen? Es que el mundo que nos rodea es demasiado grande, y es el adiós. Pero nos lanzamos hacia delante en busca de la próxima aventura disparatada bajo los cielos”, escribe Kerouac. Novela de culto, clásico de la literatura norteamericana y la biblia de la generación beat. Una crónica cuyos protagonistas, en la vida real y en el libro, fueron Jack Kerouac (Sal Paradise), Neal Cassady (Dean Moriarty), Allen Ginsberg y William Burroughs. Kerouac y su prole cruzan una buena parte de Estados Unidos; un relato referencia de la contracultura norteamericana que entremezcla la insatisfacción, el alcohol, orgías, marihuana, éxtasis, angustia y desolación con una fascinante metáfora de los viajes y la existencia. Sí, no es el típico viaje de mochila y naturaleza, pero aprenderás que épocas pasadas no tuvieron por qué ser mejores y sobre la mítica ruta 66 de Estados Unidos, uno de los grandes viajes que añadir a la lista de “cosas que hacer antes de morir”.

lunes, 22 de mayo de 2017

Mochileando por Sudamerica

Este es mi primer post así que no esperen la mejor redacción del mundo ya que soy pesimo… Les contare un poco de lo que fue mi viaje por Sudamerica. Son muchas fotografías así que no voy a poner todas (en realidad me da flojera hacerlo además de se me calienta la manos y peor con el calor que hace por aquí). Voy a dividir el post en varias partes.
Para este viaje ahorre 1300us$ aunque se podría hacer con menos dinero, fueron 20 buenos días de viaje y debo haber gastado 300us$ en regalos y chucherías . En 2016 me compre una mochila  de 50lts  que fue un caño, muy buena mochila.

Mi lista fue:
-2 joggins
-3 busos
-3 pantalones cortos
-8 Poleras
-1 rompevientos
- Mucha Ropa interior
-2 pares de zapatillas (una  puesta y otra en la mochila)

BOLIVIA

El viaje comenzó el 7/2. Soy de Argentina asi que parti desde Jujuy a la madrugada para llegar de madrugada a la frontera con Bolivia. Tomamos un bus desde  Jujuy hasta la Quiaca y de ahí caminamos un poco hasta la frontera.


En la frontera conocimos a un tipo  que era de una  población cerca de Rosario así que decidimos  juntarnos los 3 para cambiar los pesos argentinos que teníamos a bolivianos
Con mi amigo Ricardo Hougham Guerrero  queríamos ver el famoso salar de Uyuni en tanto que el otro tipo viajaba para la ciudad de Potosí asi que, luego de cambiar el cash, nos fuimos para la terminal.
Nos fuimos a sentar a una plazuela y al rato pasan tres chicas y terminamos mateando los 6… Las chicas viajaban para el carnaval de Oruro y tenían el tren a las tres de la tarde así que todos  teníamos que esperar.


Una vez llegados a Potosí nos separamos ya que los chicos se iban a unas termas y con mi amigo decidimos quedarnos en la ciudad para recorrerla. En los dos días que estuvimos, pudismo conocer la casa de la moneda, la catedral principal y una iglesia llamada franciscana, y caminar por muchos lados. Un dia caminamos tanto que acabamos cerca de una montaña que esta antes del cerro rico de Potosi, asi que decidimos subir para sacar unas fotos de la ciudad. Lo más raro fue que al llegar a la punta descubrimos una iglesia  abandonada y llena de muchas antenas… fue medio escalofriante ver algo asi.. Luego salimos para Sucre.



PERU

Después de una semana en Bolivia, llegamos al país de Perú y siendo sinceros que al pisar ese hermoso país, me invadió un sentimiento de satisfacción por lo que había vivido recorriendo la hermosa Bolivia y hasta donde ya había llegado en ese momento (tan lejos de casa) y fue un plus de motivación para seguir, ya que faltaba poco para mi objetivo, conocer el famoso Machu Picchu.
Mientras hacíamos los papeles de migraciones en la frontera (con mi estimado amigo Ricardo Hougham Guerrero), conocimos a unos hermanos argentinos y, como teníamos la ruta parecida, nos acoplamos para seguir juntos rumbo a Cusco. Después del papeleo subimos al colectivo que finalmente nos iba a dejar en Puno.


En Arequipa también nos quedemos dos días. el 1ro lo use para recorrer toda la ciudad, caminar por sus calles. La verdad que me gustaron mucho, no pensé que fuese tan lindo, sinceramente supero mis expectativas. Sus construcciones coloniales y blancas me hacían acordar a Sucre. Allí conocí el mercado y la catedral que es inmensa. El segundo dia pague un tour para conocer el cañón del colca, (es un lugar donde se pueden ver condores). Te pasan a buscar por el hostel a las 4am y salimos para el cañon. no pense que era tan lejos pero valió la pena. Solo miren la fotografia

domingo, 21 de mayo de 2017

¿Es posible viajar ser mochileros siendo padres?

Empezamos a viajar como mochileros antes de ser padres a países fuera de Europa. Y no dejamos de hacerlo al nacer nuestras hijas. Nos encanta viajar por el mundo y tenemos la suerte de que nos pagan por ello. Sergi Reboredo, mi pareja, es fotógrafo de viajes y fotoperiodista, y yo soy psicóloga especializada en salud y perinatal con interés por la ayuda humanitaria (una vez tuvimos un proyecto de cooperación en Kenia, donde montamos un dispensario médico en una zona rural).



Nuestro primer viaje de “familia” fue a Filipinas cuando estaba embarazada. Con nuestras hijas, primero la mayor, y luego con la mayor y la pequeña, hemos recorrido los cuatro continentes: Cuba, Kenya, India, Bahamas, Vietnam, Camboya, Singapur, HongKong, Hawaii, EEUU, Perú, Malasia, Indonesia, Tailandia, Venezuela, Colombia, China, Tibet. Y en Europa: Irlanda, Francia, Italia, Portugal, Malta, Rumanía, UK. Aquí podéis un Mapa Mundi de nuestros viajes.

En primer lugar, quizá tendríamos que definir un poco qué es un mochilero. Tenemos hasta una entrada en la wikipedia que lo describe. Los mochileros son viajeros independientes, que viajan, como dice la palabra, con su mochila a cuestas, huyendo un poco de los tours turísticos y que resuelven su viaje fuera de las agencias turísticas. Suelen ser de mínimo coste, pues son casi siempre viajes largos y/o prolongados. El objetivo principal es conocer otros mundos y otras culturas de una manera diferente, más cercanos a ellos. Por ello a veces escogen hospedajes en familias locales, o respetuosos con el entorno y la cultura.

Esta filosofía se puede mantener teniendo hijos, es decir, se puede viajar sin contratar paquetes turísticos o agencias, se pueden realizar viajes largos y minimizar costes, con la idea de que la familia conozca lugares de una manera más cercana y respetuosa.



En nuestra cultura (española) es raro ver familias que viajen así, mientras que en el resto de Europa es muy habitual, lo cual ha provocado muchos comentarios, desde que somos unos irresponsables o locos, a “¡qué valientes!”. Y para nuestro punto de vista no es ni lo uno ni lo otro. Nuestra responsabilidad es viajar en base a unos valores, viajar por libre no tiene que ver con no tomar ciertas medidas de seguridad, no es cuestión de valentía, es cuestión de perspectiva. Siempre explicamos que una vez en Vietnam nos dijeron: “ah, pero ¿los españoles tenéis niños?”.

Esta filosofía viajera permite muchas enseñanzas a los niños y niñas. Por un lado, conocer más de cerca culturas diversas, conocer otras familias, llegar a lugares más recónditos, moverse por los medios de transporte locales, ser conscientes de las diferencias. Alguna vez nos ha enganchado la lluvia, y las familias del lugar nos han ofrecido cobijo en sus casas (una vez fue en Vietnam, otra en una zona recóndita de Colombia) hasta que parara la lluvia. Eso permitió conocerlas durante un rato, hablar, ver como viven y recibir ese gesto de humanidad, que se encuentra tanto a faltar en nuestro país.  Pero también aprenden a administrarse, a comparar precios y lugares, a buscar alojamientos, restaurantes, maneras de llegar a los sitios, de resolver problemas constantemente, a adaptarse a cada país y cultura.

Normalmente las familias mochileras ya lo eran antes de tener a sus hijos, por lo tanto, ya tenían esa filosofía y la continúan de una manera natural.

¿Qué aspectos se pueden tener en cuenta?

Algunos alojamientos típicos de mochileros no aceptan a niños, como son algunos hostels en algunos países (nos encontramos con la sorpresa en uno en Singapur). Si antes se dormía en los llamados dormitorios (literas), dependiendo de la edad de los niños si se comparte cama con ellos de pequeñitos es menos cómodo, y si se despiertan mucho por la noche, puede ser un incordio para los compañeros de habitación. Muy a menudo conviene tener un lavabo cerca o en la misma habitación y eso descarta algunos alojamientos.

A la hora de buscar alojamiento o restaurante puede ser un poco pesado para ellos (ir arriba y abajo visitándolos). A veces ayuda que uno de los padres busque, y el otro está con el niño o niña esperando en algún lugar agradable para ellos. Dependiendo de su maduración cognitiva, pueden participar en la decisión del lugar a escoger. Es decir, a partir de cierta edad van a escoger un hotel con piscina!

A la hora de hacer el equipaje, como éste tiene que ser mínimo, también participan en la selección, y pueden llevar una pequeña mochila con algunos elementos.

El viajar sin horarios preestablecidos, tal como pasa en los viajes organizados, ayuda a flexibilizar la jornada y poder adaptarse a las necesidades y gustos de los más pequeños. También, si están cansados, poder volver libremente al hotel o casa, sin perjudicar al resto de compañeros de viaje. La ruta se va creando al ritmo del viaje y de los viajeros.

Al igual pasa con las comidas, el viajar por libre ayuda a adaptarlas al ritmo y necesidades de los más pequeños que suelen requerir más al cabo del día.

Hay que tener en cuenta que no se va al mismo ritmo que yendo adultos solos y que normalmente se requerirá más tiempo para ver lo mismo. Pasa lo mismo que aquí, ellos se detienen en detalles que tú no das importancia, o para ellos es muy novedoso. O quieren hacer también sus fotos! Los trayectos largos en bus o tren se suelen mirar con más atención, para que ellos no se cansen excesivamente. A veces se necesitará hacer trayectos más cortos y pasar noches en sitios intermedios a nuestros destinos.

Mochilear con niños es una oportunidad increíble para conocer otras familias, ya estando en alojamientos económicos dirigidos por locales, o porque puedes pasar más tiempo con ellos al no depender de un grupo. Normalmente la gente se acerca mucho más y muestran gran interés por ellos, así como el resto de niños y niñas. Es un intercambio cultural que no tiene precio.

Aquí utilizamos de gancho a Iris, nuestra hija mayor, que entonces tenía 2 años y medio, los monjes budistas de Camboya se acercaban siempre curiosos a ella.

El mayor intercambio lo vivimos en Kenia. En la imagen de más nuestra hija mayor tenía 18 meses y aprendió sola a saludar en kikamba, la lengua local.



Las medidas de seguridad y de salud quizá difieren un poco, al no estar protegido por un grupo, pero pueden tomarse sin dificultad. Se aconseja informarse antes de ir, de los riesgos de la zona o zonas, del acceso a la sanidad en el destino, y quizá pueda ser interesante contratar un seguro médico. Por ejemplo, nosotros evitamos en lo posible zonas de malaria. Cualquier padre puede beneficiarse de ciertas nociones de primeros auxilios, viaje como viaje y vaya a donde vaya (hasta si no sale de casa). A medida que se van haciendo grandes, enseñarles a ellos también esas nociones y qué hacer en caso de pérdida (como indicarles algún lugar emblemático o céntrico, la dirección del alojamiento, el nombre de los padres, a no moverse si se ven perdidos, por poner algunos ejemplos).

Mochilear es también enseñarles una filosofía de vida, un aprendizaje que puede servir para toda la vida.