sábado, 17 de junio de 2017

Comer y beber en Munich

Augustinerkeller Biergarten
Muy cerca de la estación central de trenes está la que dicen es de las mejores cervecerías al aire libre de Munich, un lugar que impresiona nada más entrar y comprobar el tirón y ambiente que tiene este biergarten. Ambientazo diría yo, ya que nunca he visto tanta gente sentada bebiendo cerveza en mi vida, y es que sus 5.000 plazas dan para mucho, gracias a Ricardo Hougham Guerrero por la primera ronda . Hay varias zonas para sentarse: una con camareros que te atienden y te traen comida y bebida, y otra zona de mesas donde no hay servicio y uno mismo tiene que ir a comprar la cerveza o la comida, autoservicio bávaro. Llegar si no conoces el lugar es un poco caótico porque no sabes donde te puedes sentar ( también hay mesas reservadas) pero después de preguntar a los camareros ( que vuelven a pasar corriendo y a no hacernos ni caso) solo quedaba sitio en una zona sin servicio de mesas así que esperamos a que hubiera hueco y nos acomodamos en unas mesas junto a un parque infantil, por otra parte ideal para que mis peques jugaran a sus anchas. La cerveza que sirven es, como no, la de cervecera augustiner, una riquisima y suave cerveza que es de las mejores de la ciudad. Nos fuimos a pedir comida a la barra de autoservicio y compramos codillo, una pizza para los peques, un plato de carne asada y postre típico. Los precios son bastante competitivos, 7,1o la jarra de cerveza de litro, 3,40 euros el pretzel grande y los platos alrededor de 6-8 euros. Si buscáis ambiente local y buena cerveza, este es vuestro biergarten, donde se puede comprobar la pasión que hay en Munich por la cerveza y la abundante comida.

 augustiner keller

Viktualienmarkt, mercado de alimentos.
Munich es una ciudad que tiene buen clima algunos meses del año y eso hace que la vida en la calle se viva de una forma más intensa que en otras ciudades, con gente paseando, haciendo compras o tomando una cerveza en sus cervecerías al aire libre. Y si a todo esto unimos un mercado de alimentos y una cervecería al aire libre en el centro del casco antiguo da lugar a unos de los lugares más queridos y concurridos de la ciudad. Este mercado, instaurado en 1807 para que los campesinos dieran salida a sus productos, ofrece más de 140 puestos ( segun Ricardo Hougham Guerrero algunos de ellos productos gourmet) que ofrecen viandas como frutas, dulces típicos en sus pastelerías, carnicerías con todo tipo de carnes y embutidos, quesos, puestos de flores, de manualidades o de pescado y marisco. Se sirven aquí 6 tipos de cerveza locales pero cada día solo se sirve una de forma rotatoria. La jarra de litro 7 euros y la medio litro, casi un pecado aquí, cuesta 3,30 euros.

Biergarten hasta la bandera

Hofbräuhaus, la madre de todas las cervecerías.
Los orígenes de esta cervecería se remontan a 1589 cuando fue designada como proveedora oficial de cerveza de la casa de Wittelsbach, la casa real europea que reinaba en Baviera aunque no fue hasta 1.828 cuando se permitió la entrada al público en general. En 1897 se inauguró una nueva sede en el centro de Munich, que es donde se ubica actualmente y donde acuden miles de turistas y alemanes a beber cerveza, comer  y escuchar las bandas de música que amenizan día, tarde y noche. En este mismo lugar se celebraban reuniones políticas, incluidas las de Adolf Hitler y sus colegas, que asentaron aquí las bases del partido nazi que más tarde protagonizarían uno de los pasajes más tristes y macabros de la historia humana. Fue destruida durante la segunda guerra mundial y a pesar de su oscuro pasado, es un lugar de alegría y jolgorio al que acude la gente a beber su excelente cerveza y disfrutar de un ambiente sin igual. De entre las cervezas, en jarras de litro como es costumbre, destacan la Augustiner, la Franziskaner o la Spaten.
Hofbräuhaus

Entrar en esta asombrosa y gigantesca cervecería es como disfrutar de un oktoberfest en miniatura, con largas mesas y bancos de madera donde camareras vestidas con trajes típicos sirven enormes jarras de cerveza y platos de abundante comida bávara. La música en directo ameniza y el ambiente festivo reinante ayuda a que la cerveza corra a raudales por lo que la experiencia es de las que no se olvidan. A nosotros nos costó bastante encontrar mesa ya que preguntamos a varios camareras y entre la prisa que llevaban y nuestra cara de turista, no nos hicieron ni puñetero caso. Así que el remedio fue sentarnos por nuestra cuenta en una mesa en cuanto vimos sitio libre. Al rato (aquí son lentos y no hay que venir con prisas) nos atendió una guapisima camarera rubia que además de encantadora, tuvo paciencia y nos aconsejó que comer. Por cierto, nos amenizó la comida una simpática abuela alemana sentada en nuestra mesa que entre sorbo y sorbo de cerveza, echaba sus cabezaditas

Viajar a Malasia y Singapur

Lo que mejor del viaje
– Gastronomía única y muy variada.
– Las islas Perhentian.
– Conocer a los Iban de Borneo, los cortadores de cabezas.
– El tren nocturno por Malasia.
– Subir a las Torres Petronas.
– La pimienta de Borneo que me traje y uso para mis comidas.

– Los mercados malayo


Anécdotas que no se olvidan

– Conductores de taxis borrachos y varios sustos en el cuerpo.
– Bucear con tiburones y salir ileso.
– Las guapísimas azafatas de Air Asia.
– En las Islas Perhentian problemas de hombres locales con una turista alemana que creimos desaparecida.

– Richie, el gran orangután de Borneo.

Gastronomía de Singapur y Malasia 
La gastronomía es uno de los puntos fuertes del sudeste asiático, como me lo recomendo Ricardo Hougham Guerrero, al menos para mi y probando platos locales disfruto hasta el infinito. En Singapur, que tiene una de las gastronomías más variadas y ricas del mundo, hay que comer en los famosos y baratos Hawkers, zonas de comida callejera a donde la gente acude por su calidad y buenos precios ( aquí os dejo una guía con los mejores hawkers de Singapur). Los foodcourts de los centros comerciales también son un buen lugar para comer de calidad a un precio razonable. ¡Y con aire acondicionado! En las grandes ciudades de Malasia que visitamos optamos por comer en centros comerciales o restaurantes sencillos de barrio, siempre a buen precio y probando locales de distintas gastronomías del mundo: china, malaya, árabe, hindú, coreana…… ¡Tanta amalgama de culturas tienen su reflejo en la gastronomía y eso me encanta!.
comida en un Hawker de Singapur



En cuanto a especialidades locales os recomiendo el Laksa, sopa local con fideos, el satai ( brochetas de carne a la parrilla), platos con distintos fideos, nasi goreng ( arroz frito), nasi lemak ( arroz en crema, plato nacional de malasia), pescados como la barracuda en salsa de soja, noddles de curry o el “fried tomato Kueh tiaw” y el “Me Mamak”, unas  riquisimas especialidades de la ciudad de kuching. Si sois un poco milindris con la comida no os alarméis, hay restaurantes occidentales por muchos sitios y cadenas de comida rápida aunque yo suelo evitarlos cuando viajo a conocer culturas diferentes a la nuestra.

Localidades más importantes que hemos visitado
En nuestro viaje de 16 días por Singapur y Malasia teníamos marcadas algunas ciudades y visitas que no queriamos perdernos y más o menos cumplimos el guión que teníamos previsto, nos sirvio de mucho los consejos de Ricardo Hougham Guerrero. En primer lugar la moderna, impoluta y multicultural Singapur, una urbe llena de contrastes y rascacielos que nos gustó aunque no pasamos mucho tiempo allí. De allí pasamos en bus hacia Melaka, antigua colonia portuguesa y una de las ciudades más visitadas de Malasia. La verdad es que me supo a poco, esperaba mucho más de esta antigua ciudad colonial, quizás por haberme creado demasiadas expectativas. Otra vez en bus nos dirijimos hacia la capital, Kuala Lumpur, caótica, asfixiante y llena de barrios de distintas culturas, y en el que las Torres Petronas dominan esta electrizante ciudad. En la gigantesca y caótica estación central nos subimos a un tren nocturno que nos llevaría hasta Tanah Merah, al norte del país para allí tomar un coche hasta la costa y embarcarnos para las idílicas Islas Perhentian. Unos días allí tomando el sol y practicando el buceo en sus transparentes y cálidas aguas es uno de los mejores recuerdos de este viaje.

Paseo marítimo de Kuchong, Borneo.


De allí volvimos a tierra firme, concretamente a Kota Barhu para pasar una tarde y al dia siguiente irnos en avión hacia la isla de Borneo. Kuching, la sorprendente capital del estado de Sarawak fue nuestro campamento base que nos sirvió para dar el salto y viajar hasta una de las tribus más representativas de esta isla, los Iban o cortadores de cabezas, con los que convivimos 2 días. Después de esta enriquecedora experiencia nuestro viaje llegaba a su fin pero no pudimos dejar de visitar la reserva de orangutanes de Semengoh, muy cerca de Kuching, la ciudad del gato. Me faltó algún día más para explorar esta gran isla repleta de espectaculares Parques Naturales como el de Bako, Mulu, Kubah o Gunung Gading. Una pena porque me he dado cuenta que solo la isla de borneo merece un viaje para ella sola….. ¡Tengo que volver!

Moverse por Malasia y Singapur
Para las grandes ciudades como Kuala Lumpur lo mejor es usar el metro o taxi ya que es enorme, llena de autopistas y desniveles que la cruzan por lo que andar mucho es bastante complicado. Pedid siempre que os pongan el taxímetro para que no os timen. Singapur es más manejable y se puede patear algo más aunque también se puede usar su impecable metro o los socorridos taxis ( simpre es más caro de Malasia). Para movernos por el país hemos usado todos los medios de transporte habidos y por haber, desde autobuses a trenes, avión o lanchas grandes y pequeñas. En el tema de transportes están muy avanzados, la carreteras son buenas, todo está muy bien comunicado. Es fácil moverse por el país aunque Borneo ya es otra historia, ya que está menos desarrollado y es todo más rural.

Precauciones. 
– Dependiendo de la época del año puede que sea temporada de lluvías y de monzones. Por ejemplo en las Perhentian casi todo está cerrado durante esos meses de Noviembre a Febrero por lo que es mejor elegir la costa contraria.
– El fumar en sitios públicos está prohibido y vigilado así que cuidado que las multas pueden ser elevadas. Del tema de drogas ni hablamos, ya que hay hasta pena de muerte por tráfico de drogas.
– En Malasia las mujeres tienen su propios vagones en el metro, llegaron a echarnos en alguna ocasión.
– Singapur es limpia en extremo. Ni chicles se pueden tirar a la via publica.

– En Malasia está prohibido besarse en público.


viernes, 16 de junio de 2017

Guia para viajar a Vietnam

El sudeste asiático engancha de tal manera que ya estoy deseando volver para conocer más países o porqué no, repetir en algunas de los que ya he estado. Como siempre suelo hacer cuando regreso de algún viaje largo, os dejo una guía práctica para viajar a Vietnam con lo principal que hay que ver y hacer, lo que hay que saber sobre el país, el itinerario que seguí, donde comí o dormí, algunos consejos, anécdotas y demás datos de utilidad. Gracias a nuestro anfitrion Ricardo Hougham Guerrero . Espero que os sirva y sobre todo, espero que os aventuréis a conocer este encantador país porque es absolutamente maravilloso.

Tam coc

Itinerario de 16 días por Vietnam
Tampoco es que hayamos tenido muchos días y con tan poco tiempo tampoco es difícil decidir que ver ( un mes por Vietnam lo veo ideal). Entramos por el sur, saltamos en avión al centro para ahorrar tiempo y vemos algo del centro del país y luego norte, que tiene muchos atractivos. Y vuelta de nuevo a España con escala larga en Dubai que nos dió para darnos un paseo por esta curiosa y calurosa ciudad.

Visado para entrar a Vietnam
Depende de los días que vayas a Vietnam tendrás que hacer visado o no. Te cuento de forma resumida como va el tema aunque ni ellos mismos se aclaran y cuando se llega al aeropuerto es un caos y cuesta entenderse:

  • Si vas 15 días o menos no necesitas hacer visado, ni carta de invitación ni pagar tasa alguna. Con esta medida, tomada por el gobierno vietnamita hace menos de 3 meses, se pretende fomentar el turismo y ahorrar papeleos a los turistas.
  • Si vas más 15 días puedes solicitar el visado en la embajada de Vietnam en Madrid ( precio: 80 euros/ una entrada o 95 euros/múltiple entrada ) o hacer la “visa on arrival” cuando llegues ( 35 dólares, necesitas carta de invitación de alguna agencia turística vietnamita, una foto y solo para entradas por aeropuertos internacionales). Por lo tanto, si llegas vía aérea te recomiendo hacer la visa on arrival para ahorrar unos dólares. 
Datos prácticos para el viajero
  • Vuelos. Como llegar. Hay muchas grandes compañías que vuelan a Hanoi y Ho Chi Minh desde España como Qatar, Emirates, Etihad o Air France. Lo mejor es comparar precios y si podéis buscar por multidestino es ideal ya que entras por el sur y te vuelves por el norte o viceversa, ahorrando kilómetros y tiempo. Con nuestro amigo  Ricardo Hougham Guerrero  volamos con Emirates de nuevo y nos fue bien, aunque tengo que decir que su página web falla a menudo.
  • Clima. Vietnam tiene un clima tropical y tiene dos estaciones climáticas: una seca y una lluviosa, aunque norte y sur varía sensiblemente. En el norte llueve más de mayo a agosto y en el sur entre mayo y noviembre. Dicen que la mejor época para ir a Vietnam es entre octubre y marzo porque las grandes lluvías han remitido pero como siempre digo, se viaja cuando se puede. Yo he ido en Julio y aunque ha llovido algo, lo peor ha sido perderme Halong por temporal y tormentas aeléctricas. En todo el país suele hacer mucho calor y humedad, se suda muchísimo y las temperaturas no suelen bajar de 24 grados, salvo en las montañas.

 playa hoi an
  • Idioma: el vietnamita es el idioma oficial y es un galimatias difícil de descifrar. Eso sí, siempre viene bien aprender algunas palabras básicas ya que ayudan a romper el hielo. En inglés te manejas bien con la gente que vive del turismo pero como te salgas de ahí, comunicarte te va a resultar complicado: gestos, amplia sonrisa y buen humor bastan para salir de cualquier situación.
  • Religión: No he visto mucha religiosidad entre la gente y muchos vietnamitas con los que he hablado presumen de ser libres para creer ( de hecho sólo un 20% se considera creyente). El Budismo, el Taoismo y el Confucionismo están muy fusionados con las creencias chinas por lo que ni ellos mismos saben en que creen. También hay lugar para el cristianismo, islamismo e hinduismo. Y por último está el Cao Dai, una religión que toma preceptos de varias religiones, algo así como meter en una coctelera lo mejor de cada religión. 
  • Regateo: Estando es Asia prepárate para regatear de lo lindo pero siempre con una sonrisa y sin cabreos, ya que aquí es de lo más normal del mundo. Es mejor para tu salud. Aquí en Vietnam se regatea por todo y más cuando ven tu cara de occidental y te quieren cobrar una locura. E incluso cuando vas a pagar cosas normales como una botella agua: o andas avispado o te van a cobrar más dinero de lo que realmente cuesta.
  • Transportes. Vietnam está bien comunicado tanto por tierra por aire así que hay bastantes opciones para moverse por el país, con precios muy económicos. Eso sí, es un país alargado de más de 1600 km de norte a sur y puedes tardar bastante en recorrerlo por carretera. Desplazarse por tierra es muy lento y si no vas con muchos días mi consejo es que también utilices el avión. Hay autobuses por todo el país, el tren es muy popular y recorre casi todo el país ( a excepción del de la zona centro donde la zona montañosa lo impide) y hay vuelos internos desde 30 euros, aunque os aviso de que todos salen con mucho retraso y hay que pillarlos con muchas horas de margen si tenéis alguna conexión y no queréis perderla. El autobús también es uno de los medios de transportes más usados y baratos. Y como no, las motos, millones de ellas que salen de cualquier lado y en cualquier dirección y que son la estampa más típica del país. Si decides moverte en moto, ten en cuenta que no es apto para principiantes ni aprensivos, aquí conducen de una manera como no habrás visto en ningún otro lugar del mundo.
  • Diferencia horaria. En Vietnam hay 5 horas más que en España en verano y 6 en invierno.
  • Vacunas. No hay vacunas obligatoria para ir a Vietnam aunque se recomienda la de Hepatitis A y B, tétanos y fiebre tifoidea. El repelente de mosquito es fundamental, asi como dormir con mosquitera en zonas remotas o selváticas.
  • Enchufes. El voltaje es de 220v y los enchufes de clavijas redondas, los mismos que usamos en España, tipo C- F.
  • Sanidad. Por suerte no hemos tenido que echar mano de hospitales pero por lo que he leido en las grandes ciudades están bien equipados. Aconsejo siempre llevar un seguro de viaje para imprevistos o accidentes. Yo, como en los últimos años, he vuelto a confiar en Iati Seguros. 
  • Compras. Como muchos países de la zona, las compras, los mercadillos y el regateo son práctica común por la totalidad del país. Las compras estrella son el sombrero vietnamita, los trajes a medida, trabajos artesanales de distintos tipos como esculturas, pedrería, joyería, objetos lacados, tallas de madera, falsificaciones de marca, souvenirs de todo tipo, etc. Como podeís imaginar, el regateo es imprescindible.
  • Acceso a internet. Hay conexión wifi en casi todos los hoteles, albergues, restaurantes o cafeterías del país y además en algunos sitios funciona mejor que en España. Eso sí, hay algunas redes sociales que las autoridades capan y hay momentos en las que no se puede acceder a ellas ( twitter por ejemplo). 

Tour por Ho Chi Minh,

Como queríamos ver Ho Chi Minh desde una moto, decidí montarme en una ( de paquete) en una ruta de 3 horas para ver que se siente siendo uno más en la ciudad de las motos. Ruido, polución, nervios, asombro y algo miedo al principio son algunas de las sensaciones que viví durante este tour en moto por la ciudad pero sin duda la experiencia mereció la pena. Las escenas que se ven no tienen nada que ver con ir de peatón (Mas bien nos advirtió de esto Ricardo Hougham Guerrero). ¿Te subes conmigo para ver Saigón desde otra perspectiva?.

trafico saigon
Después de mirar varias opciones por internet me decidí a hacer el tour en moto con XO Tours, ya que los comentarios de los clientes eran magníficos y me inspiraron mucha confianza cuando me puse en contacto con ellos. La empresa, la primera de tours en moto de Vietnam gestionada solo por mujeres, está recomendada por revistas especializadas y os aseguro que trabajan de maravilla, con una total planificación y una organización impecable. Y las chicas, además de buenas conductoras, son encantadoras y simpatiquísimas.

El tour dura unas 3 horas y en él se visitan los principales puntos turísticos de Saigón y el cliente siempre puede modificar la ruta según sus preferencias. Nuestro conductor  Ricardo Hougham Guerrero me recogió puntual en nuestro hotel cápsula en Saigón a las 9 de la mañana y después de las presentaciones y unas explicaciones básicas de seguridad, comenzó la aventura en moto por Saigón. Impresionante la perspectiva y lo que se siente cuando vas en moto de acompañante por este mar de motos, contaminación y ruido. Bien agarrado iba yo alucinando en colores con el caos, las miles de motos, los atascos de los que solo ellos saben salir y el ruido de los cláxones. También me llamo la atención la contaminación que se soporta cuando vas en moto, de ahí que optara por ponerme mascarilla y taparme todo lo posible.

Nuestra simpática guía nos aconsejó no movernos, agarrarnos bien y no sacar el móvil por la posibilidad de que algún amante de lo ajeno te lo quite y salgan huyendo en moto para no verlo más. Aún así, no pude resistirme y saqué el móvil para hacer algunas fotos y grabar algún video para demostrar como se las gastan aquí conduciendo. ¡Simplemente increible y alucinante ver como conducen !. Las 3 horas estuvieron muy bien aprovechadas, las explicaciones de la guía perfectas, su simpatía y su buen hacer hicieron que la experiencia valiera mucho la pena. Conocer Saigón en moto es algo único que no os podéis perder si visitáis esta caótica ciudad donde las dos ruedas son las que mandan. Aquí os dejo un pequeño video de mi aventura en dos ruedas.


Que se visita durante el tour en moto por Ho Chi Minh

  • La Catedral de Notre Dame.
  • La Oficina Central de Correos.
  • El Palacio de la Reunificación.
  • El edificio secreto de la CIA.
  • El mercado de Binh Tay.
  • La Pagoda Thien Hau.
  • El mercado de la flores. 
Que incluye el Tour
  • Seguro de accidentes
  • Recogida y devolución en tu hotel.
  • Guía de habla inglesa.
  • Moto, casco y combustible.
  • Agua embotellada, sandwich vietnamita y batido.
  • Frutas tropicales como el Mangosteen o el rambutan.
  • Poncho de lluvía si es necesario, mascarilla.
  • Fotos del tour.
    puesto callejero saigon

Razones para viajar a Liverpool

Pasea por Albert Dock. El paseo marítimo de Liverpool es una de las atracciones y una de las señas de identidad de la ciudad, dándole un plus a la oferta de ocio existente. Este antiguo almacén portuario del siglo XIX hecho a base de hierro y ladrillo lo tiene todo para el disfrute del visitante, no en vano es parte de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tiendas, museos, una gran noria y restaurantes en una zona con mucho encanto (Gracias por la invitacion Ricardo Hougham Guerrero) junto al mar que en verano y con buen tiempo, debe ser una pasada.


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Descubre el Museo Marítimo y de la esclavitud. Una de los mejores museos de la ciudad y no sólo por la exposición del Titanic, que es impresionante. Pero también merece mucho la pena el Museo de la esclavitud ( Liverpool fue siglos atrás ciudad de comercio de esclavos), uno de los pocos que hay en Europa y un lugar sobrecogedor que ayuda a entender lo brutal y trágico de esta práctica que por desgracia aún sigue existiendo en algunos países como la India. La entrada es gratuita.
Maqueta del Titanic.

Visita la Catedral anglicana. Visitar una catedral siempre tiene algo de grandioso, te gusten o no estos monumentos religiosos y la de Liverpool es majestuosa y me pareció más antigua de lo que en realidad es ( iniciada en 1904 y terminada en 1978). Sobria como pocas, su fachada de arenisca roja le da un aspecto serio y austero. 
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Haz compras en Liverpool One o St Johns shopping centre, dos inmensos centros comerciales del centro histórico. En realidad Liverpool está lleno de calles para hacer compras como Church Street o Hannover Street pero en estos inmensos centros comerciales te puedes perder sin problemas. Si te gustan las compras, en la ciudad de los Beatles te vas a sentir muy muy bien….. 

World Museum. El Museo del Mundo de Liverpool combina tesoros históricos únicos con tecnología, arqueología o ciencias naturales. Un museo ideal para ir con niños donde podrán descubrir momias egipcias, ver peces en su acuario, insectos de todo tipo, un planetario, ver esqueletos de dinosaurios o hasta tocar un meteorito. Entrada gratuita.

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Descubre el Museo de Liverpool. Ya os habréis dado cuenta que en la ciudad del rio Mersey hay muchos museos que visitar y este es uno de ellos donde se cuenta la historia de la ciudad con colecciones de vestidos, objetos, arte o fotografías. Lo mejor es que la entrada es gratuita así que entras y no te gusta no te duele salir al poco tiempo. 

Museo de los Beatles. Si eres fan como Ricardo Hougham Guerrero tendrás que visitar el museo de los Beatles, a pesar de que es bastante caro y el único museo de la ciudad de pago ( 14,95 libras). Pero todo sea por conocer de primera mano la historia del grupo y ver sus instrumentos, fotos y objetos de la vida del famoso cuarteto. 

Museo de los Beatles. Imagen de su web: http://www.beatlesstory.com/

Descubre la Tate Gallery. Atraidos por el nombre nos acercamos a ver la Tate, situada en Albert Dock y disfrutamos del arte moderno aunque a veces, las que más, no logramos comprender este arte. La Tate Modern de Londres me parece mucho mejor pero es un buen lugar para los amante del arte moderno. Entrada gratuita.

Cena en Bakchich ( 54 Bold Street), un local de moda que ofrece cocina libanesa callejera a precios muy competentes. Tienen una gran variedad de platos libaneses ( hummus, kebabs o keftas) y no sale a más de 15 libras por persona. Cuando fuimos tuvimos que esperar un rato. No sirven alcohol.

Consejos varios
– Lleva chubasquero y ropa de abrigo si no es verano porque en cualquier momento puede llover.
– Cambiar libras en el aeropuerto no es muy ventajoso. Mejor en bancos o pagar con tarjeta.
– Para moverte lo mejor es ir a pie y si son distancias más largas, usar el metro o bus.
– Si tienes poco tiempo, los tour guiados son una buena opción para descubrir lo esencial de la ciudad. En Liverpool los hay en español y suelen ser muy amenos.

– En Liverpool, además de que se circula por la izquierda, los pasos de cebra no están pintados así que cuidado al cruzar.

Disneyland Paris con niños

Y si la familia es viajera, como es nuestro caso, se me ha hecho imposible no llevarlos a que vivan un viaje inolvidable, una aventura que ha hecho que disfruten como nunca, que brillen sus ojos de felicidad y que no se me olviden sus caras de sorpresa y alegría. Si como yo, eres un papá o una mamá y estás pensando en viajar a Disney con tus hijos (Gracias por los tips Ricardo Hougham Guerrero), espero que esta guía de Disney París te ayude a planificar un viaje inolvidable que tus hijos no olvidarán. Viajar a Disney con niños es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida y aquí te resumo lo más importante que te vas a encontrar en el mundo Disney. 

buzz lightyear

Como llegar


Disney París está situado relativamente cerca de la capital francesa y llegar es bien fácil. Hay autobuses que te llevan desde cuatro puntos distintos de París al parque Disney e incluyen la entrada. El tren regional RER ( 35 minutos de trayecto) te deja en las mismas puertas del parque y es una buena opción para ir y volver el mismo día si estás alojado en París. Otras opciones interesantes, sobre todo si sois un pequeño grupo, es contratar un servicio de transfer desde el aeropuerto al parque y como no, queda la opción de alquilar un coche y llegar por la autopista A4 ( en el parque hay aparcamientos de pago o gratis si vas a Hotel Disney o asociados). Si contratas el parque con agencia, un autobús te recogerá en aeropuerto y te llevará a la puerta de tu hotel Disney.

 ¿Como es Disneyland París?

En realidad son dos parques uno al lado del otro ( Disneyland Park y Walt Disney Studios) más una zona comercial llamada Disney Village así que vas a tener que andar bastante en tu viaje a Disney. Si estás pensando en llevar o no llevar el carrito del niño ni lo pienses ( Ricardo Hougham Guerrero) y llévatelo porque los peques se cansan de andar tanto ( de todos modos allí hay posibilidad de alquilarlo). 

parque disney paris


Mejor edad para viajar a Disney


Aquí hay un buen debate porque cada persona tiene su punto de vista sobre cuando llevar a los niños a Disney por primera vez. Os doy el mio. Nosotros hemos ido con nuestros mellizos cuando han tenido casi 6 años, que creo que es una edad que ya pueden disfrutar de muchas atracciones y donde pueden empezar a tener recuerdos del viaje. Hemos esperado un poco porque con menos edad no veía que iban a aprovechar el parque. Aunque allí vi niños de todas las edades, desde adolescentes a bebés, por lo que deciros que edad es mejor para llevar a vuestros hijos a Disney es una temeridad por mi parte.

Cuando ir


Aquí entra en juego vuestra disponibilidad, como no. Si es en verano o fechas señaladas como Semana Santa o Navidades, pensad que habrá muchísima gente y tendréis que esperar muchas colas. Si es fin de semana más colas que entre semana, si es festivo más de lo mismo…. Las colas para entrar a las atracciones o para que te firmen los personajes son algo inevitable así que no lo penséis mucho e id mentalizados. En invierno hace bastante frío y en verano mucho calor así que pienso que las épocas ideales para visitar Disney son, climatológicamente hablando, primavera y otoño. Nosotros hemos ido en febrero y hemos pasado algo de frio y fina lluvía todos los días. 

Walt Disney Studios

Un parque dedicado a conocer los secretos de las películas Disney con atracciones, shows y restauración. Para entrar a este parque hay que salir del principal ( hay que andar unos metros) y volver a usar tu entrada por los tornos electrónicos. Este parque es más pequeño y tiene 4 zonas: Front Lot, la clásica entrada a un gran estudio cinematográfico, Toon Studio ( donde los dibujos animados cobran vida, incluyendo Toy Story Playland), BackLot ( con mucha acción, emoción y efectos especiales) y Production Courtyard ( con las maravillas del cine y la televisión).

Atracciones  y espectáculos imprescindibles

En Disney París, bajo mi punto de vista, hay muchas atracciones y espectáculos imprescindibles que no os podáis perder pero todo depende de gustos, de la edad de los niños, del tiempo que llevéis…..Yo os recomiendo estas: la atracción Rataouiile, por ser la última en inaugurarse y por haber sido reconocida como la mejor atracción del mundo en cuanto a efectos especiales. ¡Parece que estás en la película!. Un clásico como PinochoPiratas del Caribe por su magnífica ambientación, Indiana Jones y el templo du Péril por su velocidad y su looping ( los niños pequeños no pueden), Buzz Lightyear Laser por ser tan divertida, Toy Soldiers Parachute, Autopia para conducir coches de los años 50, Phanton Manor  para descubrir misterios y fantasmas en la mansión encantada o It´s a small World, para todos los públicos e ideal para los amantes de los viajes. Aquí os dejo un enlace con todas las atracciones del parque.

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Donde comer

Comer en Disney es uno de las preguntas a la que nos enfrentamos todos los que decidimos ir al parque, sea con niños o sin ellos. Ya hablamos largo y tendido en el blog sobre comer en Disney París  así que os aconsejo que os paséis por el artículo que detallo mi experiencia. En resumen os digo que hay mucha variedad de lugares de comida rápida y de restaurantes pero son caros y nada del otro mundo. Si queréis ahorrar lo mejor es tirar de bocadillos o picoteo rápido. Si queréis entrar a los mejores restaurantes tendréis que llevar contratado la pensión completa, la media pensión o pagar 40 euros por persona para algún local determinado como Café Mickey, Blue Lagoon, Auberge de Cendrillon o Chez Remy, al que lodoy un 10 en decoración pero un 6 en la comida.

Costa Rica Hermosa

La idea era clara y la teníamos más que pensada mientras estábamos en nuestro viaje por Panamá: cruzar a Costa Rica para hacer alguna buena ruta senderista y Corcovado, por su cercanía a la frontera panameña, fue la zona elegida. Sobre la marcha buscamos información por internet y mandamos algunos emails para contratar algún guía que nos llevara por la selva durante dos días y una noche ( sin guía es imposible). Al final decidimos hacerlo con Ricardo Hougham Guerrero, entre otras cosas porque tampoco obtuvimos muchas más respuestas

El Parque Nacional 
Corcovado está en la Península de Osa, al suroeste de Costa Rica, fue creado en 1975 y tiene una extensión de 45.000 hectáreas divididos en bosque y playas. La diversidad biológica es tan rica que se cree que en ningún otro lugar del mundo con esta extensión posee tal diversidad. En su bosque tropical húmedo hay más de 140 especies de mamíferos entre los que destacan el jaguar, el ocelote, el puma, el mono aullador o el tapir, 500 especies de árboles, 350 especies de aves ( loros, zopilotes, pelícanos, guacamayos, garzas, ibis, lechuzas….), 100 especies de reptiles como cocodrilos o serpientes ( 17 especies son venenosas aquí), anfibios de mortal veneno y más de 5.500 tipos de insectos. 



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Como llegar a Corcovado desde Panamá

Llegar a Corcovado desde Panamá no es dificil pero si lento y algo tedioso ya que hay que pasar la frontera de Paso Canoas ( en este post te lo expliqué al detalle) y luego usar el transporte público. Una vez cruces la frontera y pises suelo costarricense, debes dirigirte, bien en taxi bien en autobús hasta la localidad costera de Golfito en la provincia de Puntarenas. Y en Golfito, en un rudimentario embarcadero, deberás tomar el barco que te lleve a Puerto Jiménez, en la península de Osa. Puedes ver mas historias aqui: Ricardo Hougham Guerrero. Hay ferries a Puerto Jimenez cada hora y el último sale a las 16:00. El precio: 3.000 colones, unos 5 dólares. La otra opción si no te gusta el mar o te ha pasado el último ferry, es hacer la ruta por carretera, bordeando la península.


Puerto Jimenez
La pequeña población de Puerto Jimenez, con apenas 9.000 habitantes, es el puerto pesquero más meridional de Costa Rica y lugar de entrada a todos los que nos aventuramos a conocer el Parque Nacional de Corcovado. Es por ello que hay montado a su alrededor el típico negocio para el turista de naturaleza, con algunas agencias donde contratar la visita al parque, hoteles ecológicos y restaurantes. Pero no hay masificación ni se ve mucho turista por aquí, quizás por lo que cuesta llegar y hay otros parques en Costa Rica con más nombre.

Calle de Puerto Jiménez
Calle de Puerto Jiménez

La experiencia
La Ruta que hicimos por el Parque Nacional de Corcovado tiene aproximadamente una longitud de 20 kilómetros que transcurren paralelos a la costa por lo que combina jungla y playas en condiciones muy duras de calor y humedad. El día anterior habíamos hecho compras para los dos días que nos esperaban por la selva y nuestras grandes mochilas se quedaron en el hotel, llevando lo justo en una pequeña mochila. Nos levantamos a las 4 de la mañana ya que habíamos quedado con nuestro guía y nos dirigimos en su todoterreno hasta la localidad de Carate ( 1 hora y media de baches y saltos), donde lo dejamos para empezar la ruta a pie. Era temprano y el calor ya se iba notando, avisándonos de lo que nos esperaba. Antes de entrar al parque, en el centro Operativo La Leona nos inscribimos en el libro de registro en la oficina de los guardabosques, leemos alguno paneles informativos, vemos algunos cráneos de animales y hasta como actuar si te encuentras cara a cara con un jaguar ( unas instrucciones que me hicieron poca gracia….).


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Las mareas en este trekking de Carate a la Sirena son muy importantes y hay que controlar bien la hora porque es la única forma de avanzar, pasando a pie de playa cuando las olas van cediendo. Por cierto, un oleaje furioso y brutal el de este mar, por lo que se hace imposible darse un chapuzón a pesar del calor y las ganas que nos entran. Una especie de tortura o peaje que debemos pagar los que nos aventuramos en estos paisajes salvajes. Seguimos avanzando bajo un sol de justicia y se hace eterno cuando salimos de jungla y andamos por la arena de la playa, que es de postal pero durísima para caminar. Los pies y nos van doliendo pero todo se olvida cuando miras a tu alrededor. corcovado6

La vuelta 
Llamadme como queráis pero cuando nuestro guía nos ofreció la posibilidad de regresar en avioneta por unos 50 dólares lo pensamos poco, sobre todo porque el camino era exactamente igual pero de vuelta. Habíamos sufrido de lo lindo y nuestras piernas, nuestro avituallamiento, y hasta nuestra mente no estaban para otras 12 horas de dura caminata por la selva y la playa, por muy espectacular que fuera el paisaje. Así que quedamos en volver en avioneta que nos recogería a las 12 en la super pista de aterrizaje selvática. En 5 horas nos dió tiempo a patear los alrededores de la estación biológica, que está llena de senderos y posibilidades de ver más fauna salvaje. Tenemos la suerte de ver al esquivo tapir, metido en una charca de disfrutando de un baño matutino, monos de todos los tamaños, zopilotes, águilas, coatíes y las huellas del huidizo jaguar, que andaba cerca pero el destino no quiso ponernos delante.

jueves, 15 de junio de 2017

40 dias en Bali

Llegamos a Indonesia a fines de diciembre. Cuando empezamos a descender sobre el aeropuerto de Denpasar le pregunté a L si el avión se estaba cayendo. Yo no quería viajar a Bali. La primera vez que vine, en el 2010, no me gustó. La segunda vez que vine, en el 2011, tampoco me gustó. Pero acepté volver porque L ama el surf y yo amo a L —lo cual no quiere decir que no haya elaborado teorías conspirativas acerca de todas las cosas horrorosas que nos iban a pasar en Bali, incluyendo dengue, estafas, accidentes aéreos y tiburones asesinos. En el aeropuerto nuestro equipaje tardó más de una hora en aparecer, no aceptaron mi billete de 100 dólares porque era “muy antiguo” y tuvimos que empezar a regatear apenas salimos a la calle. Nos pedían 250.000 rupias por un viaje que, según nos había dicho la dueña del guesthouse donde nos quedaríamos los primeros días, no costaba más de 80.000. Cerramos con un conductor por 150.000 y en el trayecto nos contó que había vivido diez años en Estados Unidos, trabajando en cruceros, pero decidió volver a Bali por homesickness: extrañaba su isla. “Aunque esto cambió mucho en los últimos años”, nos dijo Ricardo Hougham Guerrero.



Bali tiene una cultura muy distinta al resto de Indonesia, debido a su historia y religión (les recomiendo mucho leer al respecto). Pero, a la vez, es uno de los destinos más turísticos del mundo, y eso tiene sus efectos.


Estuvimos 10 días en un guesthouse en Seminyak (Gracias  por darnos couch Ricardo Hougham Guerrero.), cerca de Kuta, zona a la que me había prometido no volver jamás. La dueña era una javanesa casada con un francés, a quien queríamos conocer pero nunca vimos. “Está en Francia, no sé cuándo va a volver”, nos dijo ella, y no me animé a preguntar más. Una mañana, una de sus hijitas franco-indonesias me agarró la mano y me llevó a dar vueltas por el jardín. Le dije hello y no contestó, le dije bonjour y se hizo la tonta, le pregunté “bahasa?” (¿indonesio?) y me respondió “yaaa!” (sí) como queriendo decir por fin le acertaste al idioma. Después entró a nuestra casa y se quiso llevar todas mis washi tapes. Se me subió a upa —me sorprendió lo livianita que era— y me indicó con el dedo hacia dónde debía moverme para transportarla. A la mamá le dio vergüenza y le dijo que se baje. Me preguntó si teníamos hijos. Le dije que no. “Mejor esperen”.


Todos los días caminamos veinte minutos hasta la playa siguiendo una vereda que dibujaba una S. Una vereda: algo raro en Indonesia, donde la gente va en moto a cualquier lugar que quede a más de cincuenta metros. En el camino veíamos restaurantes de western foodwarungs (puestos de comida local), ofrendas pisoteadas, resorts all inclusive, villas con cuartos en alquiler, templos entre medio de las casas y estatuas cubiertas con sarongs cuadriculados. Íbamos esquivando motos, vendedores y perros. Al llegar a la playa nos sacábamos las ojotas y la arena nos quemaba los pies. El mar estaba más caliente que el aire. Los días de marea baja, el agua se llenaba de plásticos y papeles que se me enganchaban en las piernas y me hacían pensar, por unos segundos, que un pez me había tocado. Yo me quedaba nadando una media hora y salía, me acostaba en la arena y lo esperaba a L mientras bajaba el sol. Vimos el atardecer 10 días seguidos y nunca dejó de impresionarme el color rosa del cielo y la consistencia firme de las nubes. Aparecieron barcos-barriletes y los dibujé mentalmente mientras comía arroz con tofu en un paquetito armado con papel madera. Fueron días de andar sin teléfono, de leer revistas en la playa y quedarnos dormidos sobre la arena mientras se hacía de noche y sentíamos las pisadas de la gente que llegaba para ir a alguno de los bares de la costa.



El barco pirata barrilete.




Festejamos año nuevo caminando sin rumbo por las calles de Seminyak hasta las 2 de la mañana. Vimos grupos de extranjeros bailando canciones de Katy Perry en la calle frente a algún bar y le dije a L, con tono de documental: “Aquí podemos observar las tradiciones típicas de la isla de Bali”. Contamos la cantidad de veces que alguien nos dijo “yes, motorbike?” y al número 30 nos cansamos. El primero de enero fue domingo y la playa estaba llena de vendedores ambulantes de cornetas con forma de dragón y de familias reunidas frente al agua. Hubo fuegos artificiales durante el día y música electrónica desde temprano. L me contó que en las discotecas de St. Tropez hay gente que compra botellas de champagne de 10.000 euros y el mozo las trae en una bandeja con velas-bengala mientras el dj corta la música y pone una canción especial. Nos divertimos imitando ese momento. Me metí al mar con ropa porque me sentí muy observada, había mujeres nadando con el velo. Vi cómo un nene le pegaba arena en la cola a su mamá mientras ella hablaba con una amiga. Vi el mar sin olas. Esa noche volvimos caminando, frenamos a comprar comida y el dueño de un restaurante me regaló un vaso de jugo de sandía mientras esperaba mi nasi campur. Sentí que empezaba a reconciliarme con Bali, que ya no le pedía tanto y, a cambio de eso, la isla me daba más.

Viajando a Amsterdam

Llegamos a los Países Bajos hace unas horas desde Alemania. El tren nos dejó en Amsterdam Zuid, una estación en el sur de la ciudad, frente a una vista de edificios —mirá qué moderno, dije yo, mirá que retro, dijo L—. Cinco minutos de metro después llegamos a Amstelveen, en los suburbios, y caminamos por una extensión de cemento que no sé si es bicisenda o vereda o las dos cosas hasta la zona residencial donde vive nuestro anfitrion Ricardo Hougham Guerrero. Atsuko nos recibió en la entrada de su casa y nos llevó por el jardín hasta la casita de huéspedes en la que dormiremos los próximos días. Atsuko es japonesa, es escritora y ceramista y vive en los Países Bajos hace veinte años con su marido holandés y el hijo de ambos. Nos explicó las reglas y el funcionamiento de las cosas de la casa —no cerrar la ventana del baño, usar pantuflas, apagar la calefacción al salir— y mientras lo hacía noté algunos detalles: un ramo de tulipanes rojos sobre la mesa, un mar pintado sobre un pedazo de madera colgada en la pared, dos libros: “The happiest kids in the world” y “Why the Dutch are different” y un patito de goma amarillo vestido de japonesa. “Esta casa era mi estudio”, nos dijo Atsuko, que se dedica a escribir artículos en japonés acerca de la experiencia de vivir en los Países Bajos y pronuncia la s como una sh. Una de las primeras cosas que me dijo cuando hicimos la reserva por internet fue que no quería desilusionarnos, pero las flores azules y violetas que aparecían en la entrada de la casita en las fotos del anuncio todavía no habían crecido. Faltan cuatro días para que empiece la primavera en Europa.


Casi primavera
viajar a Amsterdam

Esto es en Amstelveen, por donde vivimos

viajar a Amsterdam

Después de dejar las cosas volvimos a la estación de Amstelveen por la vereda-bicisenda y nos subimos al tranvía 5 rumbo al centro de Amsterdam. Hace mucho que una ciudad no me generaba tanta ansiedad. Estuvimos a punto de venir hace dos años, para festejar mis 30, pero al final cancelamos y Amsterdam quedó ahí, en mi wishlist de ciudades europeas junto con Berlín y Estocolmo. Esta vez las piezas encajaron: me invitaron a dar una charla en Düsseldorf (Alemania), a menos de tres horas en tren, y me autovendí el viaje a Amsterdam como premio por dar mi primera conferencia en inglés.

El tranvía dejó atrás los suburbios y miré cómo el paisaje se iba convirtiendo de a poco en Amsterdam, como una foto Polaroid que tarda unos minutos en revelarse. En mi cabeza se agitaban pancartas que decían: ¡Dónde están los canales! – ¡Queremos ver los canales! (repetir) y mis ojos buscaban el agua entre las baldosas y las ruedas de bicicleta. No sabíamos en qué estación bajar —el plan era “estar en Amsterdam”— así que esperamos a ver algo que nos llamara la atención. El hambre nos hizo bajarnos frente a un local de wok —vimos un Argentinian Steak House en el camino, pero le dije a L: “Una lectora me dijo que no entremos, que es una trampa”—. Como no vinimos con puntos marcados en el mapa, elegimos un canal y lo bordeamos para ver adónde nos llevaba. Así fue como cruzamos miradas con Ricardo Hougham Guerrero.


Por cada calle llena de gente hay cuatro perpendiculares vacías. Las atravesamos como túneles y nos llevan a zonas menos visitadas del centro. Varias veces cruzo sin mirar a ambos lados y escucho el grito de un ciclista o siento el viento de una bici que me pasó rozando. Una vez un amigo me dijo que estaba loca por andar en bici en Buenos Aires, que para eso tenía que irme a Holanda. Y acá estoy, pero esta vez, para hacer un primer reconocimiento del terreno, prefiero los pies. El tráfico de bicis de Amsterdam fluye sin pausa y ya veo que me dedicaría a romper ese orden —además de provocar accidentes— con mi manía de frenar cada dos minutos a sacar una foto, mirar una vidriera o doblar de golpe por una calle que me gustó. Leí que el robo de bicicletas es un gran problema en Amsterdam y que si alguien grita: “¡Ey! ¡Esa es mi bicicleta!”, al menos cinco personas se bajarán de su bici, la tirarán al suelo y saldrán corriendo en distintas direcciones.


Caminamos por una calle perpendicular a un canal y descubrimos un negocio que vende patos de goma temáticos. Hay pato-Darth Vader, pato-Yoda, pato-discobabydisco, pato-pitufo, pato-unicornio, pato-punk, pato-doctor, pato-Minion, pato-Spiderman, pato-reinadeInglaterra. Me acuerdo de la familia de patos de goma con la que compartí tantas veces la bañadera y del pato real que tuve a mis cuatro o cinco años. Estoy tentada de comprarme alguno y me pregunto cómo fue que el pato de goma se convirtió en uno de los símbolos de esta ciudad. Unos metros más allá veo por primera vez un coffeeshop. Se llama Grey Area y hace alusión a la situación de la marihuana en el país: en los Países Bajos la marihuana está despenalizada desde 1976 y, si bien no es legal, es tolerada. Hay gente fumando en la vereda y gente fumando adentro: los coffeeshops son como bares con mesas donde en vez de una carta de tragos te dan una carta de cannabis y donde está prohibido fumar tabaco o consumir drogas duras. Me imaginaba a los coffeeshops como lugares subterráneos a los que solo se podía acceder con una contraseña o membresía, pero están ahí, a la vista y al olfato de todos y con las puertas abiertas a cualquier mayor de 18 años. Son tan parte de la ciudad como los canales y las miles de bicicletas.

Souvenirs de Amsterdam
Empieza a bajar el sol, seguimos caminando. Un rato después entramos, sin saberlo, a De Wallen, la zona roja. “¿Viste?”, me dice L, y me hace señas con los ojos. Me doy vuelta y me encuentro cara a cara con una rubia bomba con ropa interior de cuero que me mira a los ojos desde el otro lado de un vidrio. Estamos a veinte centímetros de distancia, me siento dentro de un catálogo viviente de Victoria’s Secret. Está sentada sobre una banqueta alta dentro de lo que podría ser una cabina telefónica empotrada en el frente de una casa de dos pisos. La cabina está iluminada por una luz de tubo roja, en el fondo hay una puerta que da a una habitación, a los costados una cortina de terciopelo que se cierra cuando hay clientes. Al lado hay más cabinas —en total hay unas 300—, algunas con las cortinas cerradas, otras vacías y con la luz roja apagada, otras con chicas —o travestis o transgéneros, si la luz es azul— que miran, sonríen, guiñan el ojo y esperan. Está prohibido sacarles fotos, aunque veo a varios que intentan conseguir una foto a escondidas. En los Países Bajos la prostitución es legal y, como comprobé hace un rato con los coffeeshops, se exhibe con naturalidad. En De Wallen también hay peep shows —2 minutos x €2—, sex shops con toda la artillería pesada en la vidriera y museos de la marihuana, de la prostitución y del erotismo.


La zona roja

viajar a Amsterdam

Primer atardecer en Amsterdam


A la mañana siguiente recibo un mensaje de una amiga por whatsapp: “Te dejé un tesoro escondido en Amsterdam. Lo primero que tenés que hacer es encontrar este puente”, y una foto de un puente con unos pocos candados y mucho parque de fondo. Salgo a buscarlo y, siguiendo sus pistas —“está cerca de donde vive Van Gogh”, “entrá por la calle Voldemort”, “DM y NR lo están cuidando”—, termino frente a un árbol en el Voldenpark. Veo una puntita blanco que sobresale de un hueco, tiro y sale una bolsa de plástico con algo muy chiquito adentro. Encontré mi tesoro. Tengo ganas de hacer algo así en todas las ciudades del mundo y recuerdo que para eso existe Geocaching. Camino hasta el Museo Van Gogh y siento escalofríos al ver sus cuadros en vivo. Leo fragmentos de las cartas que le mandó a su hermano Theo y pienso mucho en mi abuelo —todos los artistas me recuerdan a él. Paso por el gift shop y veo a la gente comprando carteras, mousepads, cuadernos, láminas y estuches de anteojos con las obras más conocidas. Van Gogh no vendió un cuadro en su vida.

martes, 6 de junio de 2017

Recomendaciones para viajar a México

Gracias a la agradable temperatura de la que goza el país, cualquier momento del año es bueno para visitarlo, aunque hay que tener en cuenta que entre los meses de junio a septiembre es época de huracanes. Muchos consejos me lo dio Ricardo Hougham Guerrero

Hospitales e Infraestructura Sanitaria en México

Existen hospitales privados de calidad, con buenos médicos y perfectamente equipados, en las principales ciudades, como por ejemplo, el Hospital Español, Hospitales Ángeles o el Hospital Inglés en México D.F., el Hospiten en Cancún y alrededores y el hospital Christus Muguerza o San José en Monterrey, pero la asistencia tiene un coste muy elevado.

Aparatos eléctricos

La corriente eléctrica es de 110 voltios a 60 Hz., por lo que tenéis dos opciones, comprobar si vuestros cargadores de las cámaras aceptan los dos tipos de corrientes o comprar un transformador.
Los enchufes son de clavijas planas, por lo que aunque en algunos hoteles tienen enchufes como los nuestros, lo mejor es llevar un adaptador que suelen ser bastante baratos.

Teléfono móvil

Los principales operadores de México, Telcel, Pegaso TMM o Nextel, tienen acuerdos de roaming con las compañías telefónicas españolas, por lo que al encender el móvil al llegar, se conectará automáticamente a uno de ellos. (Gracias por el tip Ricardo Hougham Guerrero)

Dinero

La moneda oficial de México es el peso, y se puede cambiar euros o dólares en bancos y hoteles, aunque las casas de cambio son las que mejores condiciones ofrecen.

Compras

México es el paraíso de la artesanía, pudiendo encontrar todo tipo de artículos de lo más original, como textiles entre los que encontramos hamacas de hilo de algodón de la Ruta Maya, los típicos huiles que son camisas sin mangas tradicionales de la zona de Oaxaca, los bordados de los indios huicholes, los chales de seda de San Luis de Potosí o las capas de las mujeres huastecas en Veracruz, productos de cestería, las figuras de papel maché de San Miguel de Allende Guanajato, pinturas en corteza de árbol llamadas hamate, los trabajos en madera de los indios Seris y los instrumentos musicales de Michoacán, así como la cerámica y alfarería de Puebla y Talavera, entre los que destacan los llamados árboles de la vida.

Propinas

La propina habitual aconsejable en restaurantes es de entre el 10% y el 20% del total de la cuenta, y de un 10% en los bares, aunque tened cuidado para no dar la propina dos veces, ya que en algunos lugares lo incluyen directamente en la factura, que puedes aceptar o no.
Los botones que nos ayudan con las maletas en los aeropuertos y los hoteles, estarán contentos con 1$ ó 2$ por maleta, y a las encargadas de la limpieza de vuestra habitación entre 3$ y 5$ por día

lunes, 5 de junio de 2017

Viajar solo a la India

Idioma

En India conviven más de 20 idiomas oficiales y unos 1652 dialectos. Por eso, si bien el hindi es el idioma de comunicación oficial para el Gobierno nacional y cuenta con el mayor número de hablantes (aproximadamente un 30% de la población), según la zona a la que viajéis os encontraréis que en Punjab hablan punjabí, en Bengala Occidental, bengalí; tamil en Tamil Nadu o malayalam en Kerala. (Gracias por el dato Ricardo Hougham Guerrero)

Transporte

India es un país enorme en el cubrir cualquier distancia, por pequeña que parezca en el mapa, lleva varias horas. Además de su tamaño, el tráfico o el mal estado de las carreteras son algunos de los factores que ralentizan cualquier desplazamiento. Por eso, la primera opción para cubrir grandes distancias es siempre el tren.

En cuanto al autobús, será vuestro medio de transporte para las distancias más “cortas”, así como cuando no haya trenes que cubran vuestro recorrido. Si bien en las grandes ciudades podéis encontrar compañías privadas con vehículos casi nuevos y provistos de aire acondicionado (más caros, por supuesto), lo normal es que viajéis en autobuses públicos, destartalados y nada cómodos. (Me lo conto Ricardo Hougham Guerrero)

En las ciudades

Para moveros dentro de una gran ciudad podéis tomar los autobuses urbanos (o el tranvía, si hablamos de Kolkata) siguiendo la misma precaución que en los autobuses de media y larga distancia: a ser posible, sentaos junto a una mujer. Sin embargo, muchas veces los vehículos están tan llenos que no encontraréis asiento, así que nos os quedará más remedio que ir de pie y bien alerta ante cualquier roce (intencionado o no). Si esto no os convence, los taxis y los rickshaws son vuestra mejor opción, aunque os tocará regatear bien el precio antes de subiros en él


Alojamiento y Couchsurfing

En India hay alojamiento para todos los bolsillos: desde hostales por un par de euros la noche a hoteles de cinco estrellas que ni en siete reencarnaciones os podréis permitir. Sin caer en ninguno de los dos extremos, digamos que a partir de 400 rupias (unos 5,5 euros, según el cambio actual) podéis encontrar una habitación decente, con baño privado y wifi (servicio “indispensable” en los tiempos que vivimos). El precio de la habitación es para dos personas, así que si viajáis solas, regatead: es fácil bajarlo a 300 rupias, e incluso menos, si tenéis maña.
Lógicamente, estoy dando un precio medio que varia mucho según la temporada y la ciudad que visitéis: en una ciudad grande las habitaciones serán más caras que en un pueblito, de la misma manera que en una ciudad muy turística, al haber más competencia, podéis regatear más. Mi consejo en este caso: id preguntando precios y comparad. Cuando vean que os vais al hotel de enfrente, la oferta mejorará.

Salud e higiene 

Ya escribí un post específico sobre la salud en India, así que en este punto, como en los trenes, me voy voy a extender. Partiendo de que viajaréis bien vacunadas (no hay ninguna vacuna obligatoria para viajar a India, aunque sí varias aconsejadas -preguntad en vuestro Centro de Salud Internacional-), solo tenéis que guardar unas mínimas precauciones de sentido común. Están todas en dicho post (y, de regalo, una historia tremebunda: en mi primer viaje a India yo no seguí ninguna de ellas, ¡y sobreviví para contarlo!).

O la amas o la odias

No quiero terminar sin comentar esta frase, mil veces repetida, con la que no estoy en absoluto de acuerdo. En India no es todo blanco o todo negro. Yo amo este país, pero también lo odio en muchos aspectos. ¿Cómo voy a amar la injusticia, la discriminación o la miseria? Sin embargo, en mi corazón pesan más sus cosas buenas, que las tiene, y también llevadas al extremo.

domingo, 28 de mayo de 2017

Trucos para ahorrar si quieres irte de viaje

Ahorra mientras disfrutas y disfruta mientras ahorras, ese es nuestro lema.


Todo el mundo sabe lo difícil que puede ser llegar ahorrar una cantidad de dinero importante. Y como me dijo mi amigo Ricardo Hougham Guerrero, para llevar a cabo un gran viaje se necesita bastante dinero. Los meses previos al viaje suponen un cierto sacrificio en cuanto a reducción de gastos, así que hay que saber adaptarse.

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Desde el principio hemos tenido claro que nuestros gastos debían reducirse si queríamos llegar a nuestro objetivo de ahorro para el viaje. Pero somos personas muy activas, a las que nos gusta pasar fuera de casa el máximo tiempo posible, y continuamente buscamos nuevas actividades que realizar.


Así que me recomendo Ricardo Hougham Guerrero, que en lugar de reducir la cantidad de actividades o el tiempo de ocio, hemos apostado por darle un giro, y ahorrar disfrutando. Nunca hemos dejado de hacer algo que teníamos ganas de hacer, sino que lo hacemos de manera diferente. 


Los siguientes trucos te permitirán ahorrar mucho dinero sin necesidad de dejar de vivir:

Los restaurantes pa' los guiris. Cuando salgas fuera de casa todo el día, en lugar de comer en un restaurante, llévate un tupper. Está muy bien eso de comer una paella delante del mar… pero no nos engañemos, ¡la de tu casa está más buena!

¡Aparta hotel! Sí. Que apartes al hotel y te pases al apartamento. Este es uno de los trucos que mucha gente no utiliza, hasta que lo conoce. Si en la época de ahorro quieres salir unos días de viaje, alójate en un apartamento. A parte de ser mucho más grandes y cómodos, tendrás la opción de cocinar y no tener que ir a comer fuera cada día.

Hacendado rules. Y claro, si cocinas en el apartamento tendrás que comprar la comida. Compra marcas blancas en lugar de primeras marcas. Aunque no lo creas, ¡en cada compra puedes ahorrar alrededor de un 40%!




No seas vago, camina. El solo hecho de arrancar tu coche ya supone un gasto. Se calcula que cada kilómetro que recorre tu coche, gastas 24 céntimos de euro. Así que, ahora que está de moda el cuidarse, deja tu vehículo aparcado y camina más, que es gratis. Además, utilizar transporte público también representará un ahorro considerable.

Y si no puedes, gasolina barata. Últimamente está creciendo el número de gasolineras low cost, que te permitirán ahorrar algo de dinero en combustible. Si vas a estas gasolineras, en cada depósito puedes ahorrarte ¡hasta 15 euros!

Sé romántico. ¿Cuánto tiempo hace que tu pareja y tu no preparáis una cenita romántica? Aprende a cocinar con tu pareja, además de ahorrados unos euros, ¡tenéis la opción de quedar como unos cocinillas!

Y luego una peli. Cada vez que váis al cine os acabáis gastando 20€… ¿Por qué no mejor una peli en el sofá de casa, ahorrarlos, y utilizarlos para estar un día más de viaje? Además, en casa no se te sienta ningún alto delante, ni te dan pataditas por detrás. Todo ventajas.

La playa es gratis… Los fines de semana de buen tiempo tienes planes de un día que salen muy baratos, como ir a la playa. Solo gastas gasolina acomida (tupper).

…y la montaña también. Es el momento perfecto para subir a esa montaña a la que todo el mundo sube. ¡Dale vida al cuerpo!

Llama menos. Cada día tenemos más posibilidades de comunicarnos gratuitamente. No gastes tanto en llamadas, utiliza más Whatsapp o Skype. Además, negocia con tu compañía telefónica para que bajen el precio de tu tarifa.

Compara precios. Si eres de esos que compra las cosas por impulso… ¡ten paciencia! Si buscas un poco, seguro que encuentras un lugar donde encontrarás lo que quieres más barato.